Aunque los mismos principios de navegación se aplican tanto a los veleros monocascos tradicionales como a los catamaranes, éstos tienen algunas peculiaridades, como por ejemplo:
- Comodidad: La escora en un catamarán de crucero es prácticamente nula.
- Mareo: La incidencia del mareo es muchísimo menor que en un monocasco. El movimiento es de cabeceo y no de balanceo, movimiento que de forma frecuente, marea a la tripulación.
- Velocidad: Tienen una velocidad promedio mayor que la de un monocasco, lo que de traduce en menos tiempo para el destino planteado.
- Habitabilidad: La superficie en metros cuadrados de habitabilidad prácticamente se duplica a igual eslora frente a un monocasco, está mejor ventilado, es más luminoso y su visión 360 desde el interior es inmejorable.
- Confort: Gracias a su bajo calado, podemos acercarnos mas a la costa o pasar por lugares donde a un monocasco le resultaría imposible.
- Independencia: Al tener dos cascos unidos por el salón, conseguimos una independencia a bordo mayor que en monocasco, permite que dos familias puedan convivir de forma independiente o, estribor para los padres y babor para los niños.
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